ZURDA OLÍMPICA

En un partido reñido, nada fácil de jugar, interrumpido por las innumerables faltas que el rival cometía, llegaría al minuto 26 del segundo tiempo una joya futbolera. Una de esas jugadas mágicas en el fútbol, poco usuales de ver durante los 90 minutos de un partido.

Dicen que los zurdos poseen un don, algo especial a la hora de tocar el balón. Una magia, un talento inigualable que muchos desearían tener. La número 10  tomaría el balón y lo acomodaría justo en el vértice del tiro de esquina del sector sur occidental del estadio Francisco Rivera Escobar. A su espalda, la gradería que se dividía entre el público local y visitante.

Siempre que ella toma el balón cerca al área existe la fe, el pálpito de que algo va a ocurrir. Y en un partido en el que era necesario ganar, pero donde no había mucha claridad en el juego, la pelota quieta se convierte en una opción más que necesaria para desempatar el resultado.

La juez dio la orden y la volente escarlata conectó el balón con la zurda. La esférica poco a poco fue dibujando en el aire una curva que en televisión pareciera verse muy rápida, pero en ese momento, esos 3 segundos fueron eternos para quienes querían ver dónde terminaría su rumbo la pelota.

Fue gol olímpico. Un 9 de marzo Catalina Usme se convertiría en la primera jugadora, en 91 años de existencia del club América de Cali, en marcar un gol de estas características en una competencia oficial.

Con desahogo, con euforia, con los pulmones y con el alma lo gritó ella, como quien ha trabajado sin pausa y con ritmo por conseguir algo y lo logra, con la infinita felicidad de aportarle a su equipo para la victoria y sin ni siquiera darse cuenta, con el talento suficiente para quedar en la historia de un club místico y emblemático.

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